Por fin estrenamos la sección "Guest Who...", en la que el invitado tiene su rincón personal para hablar de College Football. Esta primera entrada nos la escribe Pablo Miralles, autor de http://www.seattlefootballspain.blogspot.com.es donde podrán encontrar artículos, información y noticias de los Washington Huskies compartida con la de los actuales campeones de la NFL, los Seattle Seahawks. También colabora en el Podcast de NCAA Spain y en twitter le podrán encontrar como @MirallesPablo y @seattlefspain.
Jameis Winston: El
Heisman empanao
No hace mucho tiempo que sigo esto es
del college football. Me empecé a enganchar a final de la regular
season del 2013 y con las bowls. Como buen novato que era, intentaba
seguir los partidos fijándome especialmente en aquellos jugadores
que me sonaban por lo que había oído y leído: Manziel,
Bridgewater, Watkins, Evans. Y, por supuesto, Jameis Winston.
No le había visto jugar nunca.
Cuando me enteré que era redshirt freshman y que había ganado el
Heisman en su primer año me dije: “Habrá que echarle un ojo a
este chaval”. Estuve ojeando sus estadísticas de este año.
Tremendas. Especialmente las de su debut contra los Pittsburgh
Pirates: 25 pases completados de 27, 4 TD y ninguna intercepción.
Así que me reservé el partido de la final del campeonato nacional
para seguirle con más atención.
Así que allí estaba yo, en el sofá,
con mi cervecita fresquita y viendo el partido en mi Ipad. Escenario
ideal. Pero…un momento. Aquí pasa algo. ¿Ése es Winston?
¿Ése es el Heisman que no ha perdido un partido y ha tenido unos
números impresionantes? Pero, pero… ¡si está cagao! No le sale
nada y no para de mirar al banquillo con una cara de susto
impresionante. ¡A que se pone a llorar! Esto no me cuadra. Me parece
que me he equivocado de partido. ¡Ay ay ay!
Efectivamente, mi primera impresión no
fue la mejor, por así decirlo. Winston me transmitía una sensación
de inseguridad pasmosa. Su lenguaje corporal no transmitía nada
bueno. No paraba de mirar al banquillo con una cara de susto de las
que hacen época, parecía descolocado, fuera de sitio y las cosas no
le salían. El día anterior había estado viendo la Bowl de Texas
A&M contra Duke y me quedé alucinado con la capacidad de Manziel
para liderar al equipo y remontar él solito un partido. Así que ver
a Winston haciendo todo lo contrario… menudo bajón. Para
ser justos hay que decir que, en la segunda parte, Winston fue
mejorando poco a poco y finalmente logró llevarse el partido en el
último segundo con un gran drive marca de la casa culminando con una
gran recepción de Kelvin Benjamin.
A partir de esta primera toma de
contacto me he dedicado a ir viendo más partidos, resúmenes y
highlights de este jugador. Y está claro que sus números son lo que
son por algo. Y es que este chaval es un pedazo de quarterback.
Para empezar, tiene un físico ideal para su posición (6’ 4’’,
228 libras). Tiene una cosa que me encanta en un quarterback: el
hecho de que lo primero que hace al recoger el balón en el snap es
erguirse, levantar la cabeza, plantarse en una posición magnifica y
barrer el campo con la mirada. A mí eso…me enamora. Lee muy
bien y muy rápido. Sabe escoger la mejor opción con un alto
porcentaje de acierto. Posee la capacidad de engañar a la defensa
con su giro de cabeza, de tal forma que muchas veces descoloca a los
linebakers y los safeties haciendo que éstos hagan coberturas
incorrectas. La técnica de lanzamiento me descoloca algo porque la
veo algo extraña pero muy eficiente a la vez (quizás es debido a
que también juega al beisbol). Es capaz de lanzar en profundo con
fuerza y precisión. Es, por lo tanto, lo más parecido a un pocket
passer. Sin embargo también es capaz de correr, tanto en jugadas
de option como zafándose de la presión de los pass rushers. Y no lo
hace mal. Rápido, seguro y protegiendo bien el balón. Y no tenemos
que perder de vista que está en su primer año de juego. Le queda
progresión, aunque lo más probable es que se vaya a la NFL
antes de su año senior.
Investigando algo más acerca de su
personalidad he podido averiguar que se trata de un tipo peculiar. En
su papel de quarterback tiene que asumir que es el líder del equipo.
Y lo hace. Pero de una forma nada habitual. No es el líder
que engancha a sus compañeros a base de arengas, discursos en plan
heroico ni nada de eso. Wilson transmite una alegría que roza a
veces el infantilismo. En la previa del partido disputado
contra Clemson, rival de conferencia, animó a sus compañeros en el
vestuario de una forma algo cómica. Les echó un mini discurso de
unos 10 segundos en el que les decía que salieran al campo con una
sonrisa en la cara y que de esta forma sacarían el partido adelante.
Sinceramente, suena a cachondeo. Y de hecho el vestuario se quedó
en silencio como diciendo... “a éste tío le falta un tornillo”.
Ahora queda lo
más difícil; consolidarse. A nivel de títulos poco más
puede conseguir ya que viene de una temporada perfecta, sin derrotas,
título nacional y trofeo al mejor jugador. Ahora tiene que demostrar
que todo esto no es una casualidad y que puede madurar para dar el
paso al siguiente nivel. Ya veremos cómo se lo monta y si cambia
algo su actitud o sigue siendo ese magnífico quarteback con cara
de empanao.
He de decir que en el staff de Auburn había un entrenador que era de FSU, los empanaos son los de Florida que no se dieron cuenta hasta la 2a parte que les estaban pillando desde la otra banda casi todas las jugadas que cantaban, de ahí una de las razones del cambio entre la 1a y la 2a parte (al descanso es cuando se dieron cuenta). Lo dejo como detalle curioso y para que se vea la importancia de que el rival no conozca tus jugadas de antemano
ResponderEliminarNo conocía ese detalle.
EliminarGracias por la información.
Fe de errores: el equipo de college football de Pittsburgh son los Panthers. Los Pirates son un equipo de béisbol. Disculpas a los aficionados de ambos equipos
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