Esta es posiblemente una de las tradiciones más extrañas del fútbol universitario. Esta tradición se remonta a 1962. En el año 1962, Dean Coyle Moore, profesor y miembro del consejo atlético de FSU, observaba un entrenamiento durante los días previos al partido contra Georgia en el Sanford Stadium. Tras el entrenamiento retó a los jugadores: “Traer de vuelta algo de césped de Georgia”. El sábado, 20 de octubre, los Seminoles vencieron por 18-0 a los Bulldogs de Georgia. El capitán de Florida State, Gene McDowell (LB), sacó un pequeño trozo de césped del campo y se lo presentó al profesor Dean C. Moore tras el siguiente entrenamiento. Dean C. Moore y el entrenador Bill Peterson enterraron el pequeño trozo de cesped en el campo de entrenamiento con un pequeño monumento para conmemorar el triunfo. La tradición del "Juego de césped" nació.
En los primeros años, los jugadores de los Seminoles sólo cortaron cesped cuando lograban una inesperada victoria. A medida que los Seminoles fueron más exitosos, fueron menos frecuentes los “robos” de cesped. El criterio se amplió para incluir grandes victorias en la off-season, juegos tales como bowls, independientemente de qué equipo es el favorito en dicho partido. Cada pedazo de césped está enterrado en un cementerio junto al campo de entrenamiento de los Seminoles. Una lápida muestra la puntuación y la fecha de la victoria.
En la siguiente imagen se puede apreciar alguna puntuación:
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